Identifica tus pensamientos.
Los pensamientos son muy poderosos, tan poderosos que nos hacen sentir y actuar de determinada manera, pero los pensamientos no son los hechos en sí mismos, por esta razón es muy importante identificar qué tipo de pensamientos tienes durante el día, qué te dices, cómo te tratas para poder hacer consciente la manera como piensas.
Olvídate del pasado.
No recordar lo que te hicieron cuando fuiste pequeño, ni los malos momentos que viviste es una de las mejores maneras de protegerte; viviendo el día a día y disfrutando de tus cualidades y logros actuales, este ejercicio permite enfocarte en quién eres y no en quién fuiste. No en los deberías, sino en lo que eres aquí ahora.
Enfócate en tus cualidades.
Todos tenemos cualidades que nos enriquecen la vida, nos permite lograr lo deseado, por esto trata de potenciar tus cualidades y no tus defectos para sacar el mayor provecho todas tus virtudes.
Haz lo que te gusta.
Saca tiempo para ti, para hacer lo que te llena, como hacer deporte, leer, ver una película, inscribirte en un curso, escuchar música, encontrarse con amig@s, aprender un nuevo idioma, aprender un arte o un oficio. A veces nos pasamos la vida concentrados en lo cotidiano y dejamos de lado nuestras pasiones que también nos permiten sentirnos felices.
Resaltar tus talentos.
Todos tenemos talentos, pero a veces por no creer en nosotros no los exteriorizamos. Encuentra algo que te guste y que lo hagas bien, ese es el talento, encontrar qué de lo que hacemos lo hacemos bien.
No te compares con nadie.
Sé que vivimos en una sociedad donde hay cánones de belleza, riqueza y éxito, pero cada persona tiene un proceso de vida distinta, con un aprendizaje, un contexto, unas carencias, unas cualidades distintas. Cada ser humano es diferente aunque la cultura nos quiera homogeneizar; la comparación con otros no tiene sentido cuando se habla de fortalecer el autoestima, pues esa comparación con otro puede hacerte sentir de poca valía y es algo que no debemos permitir, pues todos valemos por el solo hecho de ser seres humanos, tengamos o no, sepanos o no, logremos o no.
Ponte metas a corto y mediano plazo.
Las metas que te pongas deberán ser realistas y a corto y mediano plazo, donde puedas ir revisando los resultados. Por ejemplo, si queres adelgazar, entonces una meta a corto plazo puede ser dejar de comer harinas en las noches, llevando un registro de esos pequeños logros y así sucesivamente con otras metas.
Decir lo que piensas y sientes.
Saber decir lo que queremos, lo que no nos gusta, lo que pensamos es una habilidad que se desarrolla. Estamos en una cultura donde fuimos educados para no decir lo que pensamos, pero hay que saber cuándo y cómo decirlo. Aprovecha cada situación en la que tengas la posibilidad de escoger, de elegir y de dar tu opinión para expresarte, esto fortalecerá tu autoestima.
Cuida tu alimentación y tu cuerpo.
La imagen corporal puede afectar tu autoestima. Lo importante no es lo que la cultura acepte, es lo que para ti esté bien; obviamente lo cultural tiene un peso sobre los ideales físicos, pero ese no es nuestro tema hoy. Lo importante es cómo, a través del autocuidado, una sana alimentación y realizando una actividad física si puedes beneficiar tu autoimagen. Mientras más te cuidas y más te aceptas, mejor será tu autoconcepto y autoestima.
Elegir las personas que te hagan bien.
Estar con personas que te aprecien, te quieran y te valoren ayudará a sentirte mejor consigo mism@ No hay una razón para relacionarte con personas que no te hagan bien, que te critican, que te hacen sentir con poca valía. Empieza por relacionarte con personas que vean en ti los aspectos positivos que y que puedas ser tu mism@ con ellas.
La mejor publicación